Mari de Amezketa

LEYENDAS DE AMEZKETA

(Relatadas par Ignacio Altuna en 1930)

"Mari era de una casa llamada Iraregi. Esta casa está debajo del Txindoki. En cierto día de fiesta Mari no quiso ir a misa y su madre le dijo; "Vamos a misa". "No voy" le contestó y no fue.

La madre le dijo: “Ahí te quedes". Para cuando vuelva de misa que el diablo del infierno te lleve.

Y cuando volvió la madre de misa, faltaba Mari. El diablo del infierno la había llevado a la sima del Txindoki.

Tiempo después. habiendo aparecido a sus familiares les dijo: "El diablo me tiene atada con una cadena, pero si vosotros hacéis lo que yo os indique, podré librarme. Mirad: aquellos rosarios bendecidos que hay en casa ponedlos encima del nogal del portal, vareadlo y llevad a Roma (las nueces).

Los familiares le dijeron que eso era una locura y nada hicieron.

En otra ocasión apareció también a sus familiares, y les encargó que hicieran un altarcito y que lo pusieran en aquella sima del Txìndoki.

Hicieron el altar, pero no le hicieron el pequeño hueco que delante suele tener, y por esto Mari no se libró ni se salvó.

Unas veces sale en fuego y llama, de aquella sima y se dirige hacia San Miguel. Se dice que tiene muchas Cosas de oro.

En una de las veces que fue alguien allí, le robó silenciosamente un vaso de oro; y después, al regresar a casa, metió la mano en el vaso y halló dentro un sapo."

“Nuestra madre vio como salió Mari de Txindoki.

Vivió en el molino, siendo pequeña. Una vez ciertos hombres trajeron para el molino un montón de sacos de maiz en un carro, y nuestra madre descargaba los sacos del carro sobre los hombros de los hombres.

Y, mientras volvían los hombres, como estuviera aguardándoles de noche, he aquí que ve salir de la sima de Txindoki una cosa en fuego y llamas y se oculta hacia el lado de San Miguel. Nuestra madre quedó asustada.

Después, cuando hubieron venido los hombres, les dijo lo que había visto. Ellos le contestaron que seria sin duda Mari.

En la sima donde ella entra todo se halla chamuscado."