JENTIL Y EL PASTOR

Un gentil aprisiona a un pastor de Orozko.

Una vez (los gentiles) cogieron a un pastor de Orozko y se lo llevaron dentro, a la chabola, donde tenían tres o cuatro ovejas. En la chabola habían hecho fuego y tenían el asador a calentar, porque antiguamente, antes de meter la carne, se calentaba el asador, por si acaso tenía alguna cosa mala, contagiosa.

El gentil se durmió y, en ese momento, como (el gentil) era tuerto, el de Orozko le metió el asador por (el ojo de) la nuca.

El gentil intentaba cogerle y el otro no podía escapar, porque tenía puesta en la puerta una piedra de cincuenta arrobas.

De vez en cuando, las ovejas querían salir y él (el gentil) las levantaba al aire con las manos y las lanzaba lejos.

En una de éstas, el hombre se metió dentro de una piel de oveja y (el gentil) fue, le cogió y le lanzó, de forma que quedó paralizado, colgado de un haya, más abajo, apresado durante dos o tres días y en puro grito.

Las gentes de Orozko temían ir por allí.

(Narración oral transcrita bajo el título “Jentilak

eta pastorea Orozkon”, señalada con el nº 15.3,

p. 178, de la obra “Gorbeia inguruko Etno-Ipuin

eta Esaundak”, de ETXEBARRIA, J. M. Bilbao,

1995. Versión al castellano de Pedromari

Ojanguren)