Un gentil enriquece a un pastor de Arkotxa, Urigoiti, en Supelegor Un pastor de Urigoiti fue a la cueva de Supelegor y entró en ella. Avanzó y, en una de esas, encontró una carbonera encendida y un gentil a su lado, cuidándola, y éste le dijo al pastor: - ¡Sal de aquí, el amo está durmiendo! El pastor no le hizo caso. De nuevo le dice el otro: - ¡Sal de aquí; toma e s t e palo medio quemado y marcha de aquí! El pastor le responde: - ¡Nuestro padre también prepara tizones como éste. Y salió fuera. Pero al ver que el tizón era de oro, volvió a entrar en la cueva y le dijo al gentil: - ¡Dame otro! El gentil le repitió: - Sal de aquí porque el amo e s tá durmiendo; coge otro tizón y marcha de aquí. ¡En la casa de Arkotxa no faltarán locos! Y allí siempre hay un tronco de esos. (Ibídem, Jentilak eta pastore bat Supelegorren”, 31.1, p. 253. El relato 3.1, Anbotoko Señorea eta urregorria, pp. 155-157, ilumina este final tan extraño: tras coger el segundo tizón, el amo se despierta y maldice la casa del ladrón con la última frase). |
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